Como filosofía de vida cada lugar nuevo que conozco quiero dejar mi colaboración.
Todo comenzó 20 días antes de partir a la Antártida.
Buscando información sobre el lugar vi que es muy importante para cada uno de nosotros sentirse como en casa, estando a 3046 km de distancia.
Se me ocurrió traer una antena de Directv prepaga de regalo para los uruguayos que nos cuidan este pedacito de tierra en la isla Rey Jorge.
Dicho kits de instalación es autoinstalable y uno puede colocarlo donde pueda y quiera.
Siendo las 18 y 30 del domingo 29 de abril el encargado de radio "Cuadrado" me ayuda con el procedimiento de buscar la señal satelital la cual por nuestro punto geográfico se convertía en un desafío.
La temperatura en ese momento rondaba los -4,5 grados y la sensación térmica los -20 grados, moviendo la parabólica de un lado a otro para captar señal en un momento nuestro decodificador marca 75% de fuerza de señal.
Estábamos rodeados de nieve, nuestras manos entumecidas, de rodillas y con lagrimas en los ojos, fue cuando nos dimos cuenta lo que habíamos logrado, ganar en el maracaná y a último momento.
Si, ese sistema el cual todos nos decían que no funcionaria acá porque estábamos tan lejos, funciono y está funcionando.
Pero como lo último que se pierde es la esperanza yo quería sacarme las dudas con mis propias manos.
Esto me dejo un aprendizaje mas en mi vida, no creas todo lo que se dice ni todo lo que se ve, lucha y confírmalo vos mismo.
Pero este pequeño lugar con tanto sentimiento acumulado y espíritu de colaboración nos deja ilusión de que hay mucho para aprender y descubrir.
Muchas gracias al Instituto Antártico Uruguayo por darme una oportunidad.